“La Tirana. Fiesta, Creencia y Fe.”

“La Tirana. Fiesta, Creencia y Fe.

En el acervo socio-cultural popular, la fiesta se presenta como un tiempo dentro del tiempo. Tiempo en el cual se suspende “lo habitual” para entrar en “lo celebratorio”.

Para la estudiosa Isabel Cruz,…”La Fiesta aparece como la creación  de un ámbito espacio-temporal extraordinario que trasciende lo cotidiano y permite así la regeneración de la habitualidad del trabajo y la renovación de los deberes y obligaciones de todos los días”(Isabel Cruz  Amenábar . El tiempo de la fiesta en el Reino de Chile. Revista Universitaria N°52. 1966”).

Por las fiestas se liberan tensiones y se comparte con el otro y los otros; por la fiesta se producen los encuentros y se olvidan los pesares; en la fiesta se está, se participa y se celebra. Por ello, en la creencia popular  “el tiempo de fiesta” es muy especial – y por lo mismo- se espera, se anhela y se dedica “tiempo de Preparación”.

Una de las Fiestas Populares Tradicionales de nuestras comunidades socio-expansivas es la de los onomásticos y en especial, aquellos vinculados a los llamados “Santos Milagrosos”, Entre ellos la conocida festividad de Nuestra Señora del Carmen de La Tirana, misma que cada año cumple un ciclo que abarca una temporalidad de,  al menos, diez días que transcurren entre el 12 y el 22 de Julio de cada año. Tiempo de preparación, de peregrinación, de sacrificio y esfuerzo, pero también de fe, esperanza y gratitud.

La festividad de La Tirana se remonta en el tiempo hasta el incanato donde el ceremonial inca asumía bailes para agradecer los productos de la tierra, limpiar los canales y hacer las cosechas.

La llegada del hispano-europeo o conquistador, provoca el quiebre cotidiano de la ritualidad incásica, provocando la pérdida del significado original y dando paso a una simbiosis expresiva que ensambla “lo aborigen” con “lo externo”. Europa y América funden expresividades y devienen nuevas formas, nuevas expresiones.

Es lo que podemos deducir del encuentro aborigen-hispano que, según la tradición, se habría producido entre Vasco de Almeida, portugués, y Ñusta Huillac, cófrade del

incanato.  De dicho encuentro emerge un ceremonial y ritual que trasciende tiempo y espacio y se va a transformar  en celebración festiva religioso-popular.

El poblado de La Tirana se encuentra en la Pampa del Tamarugal  a 1.010 metros de altura sobre el nivel del mar, al norte del Salar de Pintados, a poca distancia del Oasis  de Pica y a unos 84 kilómetros del puerto de Iquique. Es en éste territorio geográfico donde cada 16 de Julio se produce un fenómeno socio-cultural-expresivo que involucra encuentro, creencia, fe, comercio, turismo y celebración.

El espacio físico  se transforma en espacio expresivo, en espacio comercial, en espacio de baile, canto y oración, en espacio para “estar”, para “rogar”, para “pedir”, para “agradecer”, pero también para ”celebrar” y “festejar”. El poblado entonces, pasa a transformarse en un gran recinto festivo y de encuentro, donde la religiosidad  popular encuentra refugio y acogida y donde la fiesta se desarrolla en plenitud, temporalidad que, por su  periodicidad  o  repetición cíclica, hace visualizar y pone de manifiesto …”el carácter diverso, inhabitual, extraordinario del tiempo festivo”.  (Op. Cit. Pg. 35.1966). Tiempo que sirve también para hacer penitencia, rogativa y agradecimiento.  Fiesta de y para el alma por estar cerca de “lo supremo” y “lo alcanzable” por medio de la fe y la creencia en algo que es superior a las propias capacidades individuales. Creencia popular , espontánea y muy particular que vincula a “ la persona” con “Dios” y “Lo Superior” a través de “María” su “Madre”.

Creencia que se hace canto, baile, saludo, vestuario y ceremonial; tiempo y espacio abierto a la maravilla de Ser y Estar en tiempo de celebración. Tiempo que podríamos subdividir en varias etapas o momentos propicios para la celebración:

La Llegada, temporalidad de arribo al espacio territorial de la festividad:

“Cansados llegamos

Buscando a María

Por pampas y cerros

Con toda alegría”

“Ábranse las calles

Dennos el camino

Porque ya llegamos

A nuestro destino”

La Entrada, se produce cuando cada cofradía o sociedad de baile arriba al poblado y se     hace presente para saludar  y solicitar permiso para “entrar” al pueblo, primero, luego a la plaza y posteriormente al Templo a fin de saludar al motivo principal de su visita, la Virgen Madre:

“Al entrar a este templo

Se me parte el corazón

Al ver a la Virgen Santa

Madre de mi salvación”

Entrada de Ceras, se realiza en vísperas de la festividad central  y consiste en llevar al templo las velas y luminarias que adornarán la sagrada imagen.

Las Vísperas, son el tiempo de espera de la llegada del día mayor (16) que transcurre en la plaza frente al templo desde el anochecer (15) hasta las 24 :00 horas en que se produce el estruendoso estallido de saludo al día de celebración (00:00 horas 16 Julio).

El Día Grande, se inicia con los saludos, cantos y bailes de “El Alba”, para seguir con el “Descendimiento” de la imagen desde su camarín para presidir el ceremonial de la “Misa” correspondiente.

La Procesión, o Paseo se realiza a media tarde recorriendo las calles del pueblo con la imagen ornamentada para finalizar con el retorno e ingreso al templo juasto al momento en que se pone el sol.

Las Despedidas, se inician terminado el ceremonial mayor. E ellas se entra por última vez al templo para despedirse y solicitar salud y protección  “Hasta la vuelta del año”, donde volverán – si Dios y la Virgen lo quieren- a estar presentes de nuevo:

“Adiós, adiós, madre mía

Adiós precioso lucero

Aquí estarán tus bailantes

En el año venidero”

“Adiós,  adiós Carmelita

Adiós templo consagrado,

Adiós pueblo de La Tirana

A quién tanto hemos amado”

“Hay labios, como no pueden

Expresar su despedida,

Hay ojos, como no lloran

De la  partida de  hoy día”

Cada cofradía o sociedad de baile luce su propia Anda o Imagen de bulto ricamente ataviada, vestida y adornada. El niño Dios que la imagen porta en sus brazos, generalmente, se viste con el uniforme de la cofradía o hermandad de baile correspondiente.

Cuyacas,  Chinos, Chunchos, Morenos, Pastoras, Llameros, Diablos, Figurines, comparten espacio fiesta y ceremonial con Gitanos, Zambos, Pieles Rojas y demás sociedades de baile que, a lo largo del tiempo, han incrementado la participación religioso-popular y aportado diversos sonidos y coloridos a la celebración.

El  poblado de La Tirana así, pasa a transformarse en un espacio de encuentro, de fiesta y de fe, pero también de comercio, jolgorio, turismo y recreación. La fiesta hace propicia la oportunidad y deviene en una “intensa sociabilidad y catarsis colectiva” (Isabel  Cruz. 1966).

El “Tiempo de Fiesta” inserto en el “Tiempo Cotidiano” se hace intenso y breve para los participantes activos: pasa veloz y rápido   para volver a la realidad del tiempo habitual donde todo es normal.

La Tirana es Fiesta Popular y Religiosa, es Creencia en una vida mejor y es Fe inquebrantable de alcanzar lo imposible.

“Ay Señora, Ay María

Adiós, Adiós Madre Mía”

Carlos Reyes Zárate

Director General

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